LA GUERRA CARLISTA (1833-1839)



En esta guerra no solo estaba en juego la persona que debía ocupar el trono en España, sino también si debía mantener un sistema político absolutista o ceder el paso a una monarquía liberal.

Los absolutistas, que eran más conservadores, se negaron a reconocer a Isabel como legítima sucesora a la corona, y apostaron por Carlos María Isidoro, el hermano de Fernando VII

María Cristina, por otro lado, se vio obligada a buscar ayuda para preservar el trono para su hija en los liberales, a pesar de no estar de acuerdo con sus ideales. A los liberales tampoco les agrada María Cristina, ya que era absolutista y durante el reinado de Fernando VII habían matado a liberales. Sin embargo, si querían tener un gobierno liberal era la única oportunidad que tenían.

De esta manera transcurrió la guerra hasta que se firmó el Convenio de Vergara en 1839. Este pacto entre Maroto por parte de los carlistas y Espartero por parte de los isabelinos, puso fin a la guerra

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